EL DIOS QUE YO CONOZCO

Romanos 1:1 Dios - II

El Dios de la Biblia se presenta como un Dios de amor

"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan. 3: 16).

"Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor" (1 Juan 4: 7, 8).

Se lo describe como "misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado" (Éxodo 34: 6, 7), pero también como un Dios de justicia "que de ningún modo tendrá por inocente al malvado" (v. 7). Estos 2 aspectos se presentan en la declaración del NT: "Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios" (Romanos 11: 22).

La Biblia describe a Dios como un ser capaz de crear, de comunicarse, de amar. Su trato con Abrahán ilustra esta relación personal y cálida. Tenía un plan para el patriarca como lo expresó en el "pacto" que hizo con él. Seis veces se repitió ese pacto:

1. Cuando Dios llamó a Abrahán para dejar su hogar paterno (Génesis 12: 1-4; Hechos 7: 2, 3).
2. Cuando llegó a la tierra a la que Dios lo había llamado (Génesis 12: 6, 7).
3. Cuando experimentó el chasco de la elección egoísta de Lot (Génesis 13: 14-17).
4. Cuando necesitó que se restaurara su confianza después de la batalla contra los reyes (Génesis 15: 1, 5, 6).
5. Cuando pecó y necesitó perdón (Génesis 17: 1-8).
6. Cuando demostró su fidelidad en una crisis severa (Génesis 22: 15-18).

También otros experimentaron esta clase de amistad:

"Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero. Y él volvía al campamento; pero el joven Josué hijo de Nun, su servidor, nunca se apartaba de en medio del tabernáculo" (Éxodo 33: 11).

"Pero Moisés respondió a Jehová: Lo oirán luego los egipcios, porque de en medio de ellos sacaste a este pueblo con tu poder; y lo dirán a los habitantes de esta tierra, los cuales han oído que tú, oh Jehová, estabas en medio de este pueblo, que cara a cara aparecías tú, oh Jehová, y que tu nube estaba sobre ellos, y que de día ibas delante de ellos en columna de nube, y de noche en columna de fuego" (Números 14:13, 14).

"¿A dónde me iré de tu Espíritu?
¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú;
Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba
Y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano,
Y me asirá tu diestra
" (Salmo 139: 7-10).

"¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas" (Isaías 40: 28, 29).

El testimonio del AT es significativo y revelador. En una época en que los dioses de las naciones estaban representados como terrenos y sensuales, los escritores del AT presentan la naturaleza ética de Dios:

"El limpio de manos y puro de corazón;
El que no ha elevado su alma a cosas vanas,
Ni jurado con engaño
" (Salmo 24: 4).

"Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio; ¿por qué ves a los menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más justo que él" (Habacuc 1: 13).

También lo vieron como universal y no tribal, y como un Dios en vez de una proliferación de deidades en competencia:

"Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra" (Génesis 14: 22).

"Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas" (Deuteronomio 6: 5).

"En Jehová será justificada y se gloriará toda la descendencia de Israel" (Isaías 45: 25).

"Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; ¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde el lugar de mi reposo?" (Isaías 66: 1).

"La sentencia es por decreto de los vigilantes, y por dicho de los santos la resolución, para que conozcan los vivientes que el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a quien él quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo de los hombres" (Daniel 4: 17).